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domingo, 14 de agosto de 2016

Kacchan x Deku Fanfic: Tuyo por tres días Parte 1


Izuku parpadeó lentamente tratando de aclarar su vista. El olor a flores, el color blanco de las sábanas y el sonido del monitor cardiaco, le hicieron darse cuenta que se encontraba en el hospital. Había estado ahí durante tres noches, tras haber sufrido una caída al rescatar a un grupo de civiles.
—¡Deku-kun!, al fin despertaste— gritó Ochako abalanzándose sobre él.
—¡¡U-Ura-Uraraka-san!!
—¡Lo siento!, ¡estaba muy preocupada!
El adolescente rió con nerviosismo hasta que su atención fue atraída hacia los ramos de flores, canastas de fruta, globos y postales de ánimo que le daban un toque colorido a la habitación.
—¿Qué es esto?
—Son regalos de nuestra clase, de los profesores y de las personas que salvaste ¡Todos están bastante agradecidos!
—¡¿Todos?!—preguntó el de cabello verde con un notable brillo en sus ojos.
Ochako sabía muy bien a lo que su amigo se refería, desde hace tiempo había descubierto su relación con su compañero de clase, Bakugou. A decir verdad, a ella no le agradaba que el chico sintiera afecto por una persona que no hacía más que expresarle que acabaría con su vida.
—Lo siento, pero Bakugou no ha venido ni preguntado por ti. Sin embargo, Todoroki no ha dejado de visitarte, ¡incluso te trajo ese ramo de tulipanes! 
—Ya veo... han sido demasiado amables—repuso Izuku con una sonrisa triste y luego continuó—. ¡Muchas gracias Uraraka-san!

Después de dos días más en el hospital, el aspirante a héroe regresó a su escuela emocionado por volver a ver a sus amigos y expresarles lo agradecido que estaba por los regalos.
Primero se dirigió a la oficina de profesores a visitar a All Might, quien se sentía aliviado de saber que la salud de pupilo se encontraba estable. Tras una charla y unas palmaditas en la espalda, ambos se despidieron y el joven se marchó a su salón. 
—¡Midoriya-chan! ¡Ribit!, ¡al fin regresaste!— comentó Asui con un tono animado.
—Así es. Por cierto, ¡muchas gracias por la canasta de manzanas Asui sa-! digo... ¡Asui-chan!
En ese momento sus compañeros se aproximaron hacia él, elogiándolo sobre lo sensacional que había estado durante la pelea y felicitándolo por haber sido tan valiente al rescatar al grupo de civiles. Cada uno de ellos lo hizo a excepción de Bakugou, el cual se encontraba sentado con sus piernas sobre la mesa y con su usual expresión de fastidio.
—¡Regresen a sus lugares!—ordenó Aizawa mientras salía de su bolsa de dormir.
Izuku obedeció la indicación y caminó hacia su asiento. Cuando pasó a lado de su amigo de infancia, alentó sus pasos con la esperanza de que éste le dirigiera la palabra. Para él, que sabía que no podía esperar una sonrisa y un "me alegra que estés bien", una palabra sería más que suficiente. Mientras caminaba el temor de pasar por desapercibido hizo que cerrara los ojos, después de unos segundos volvió abrirlos y notó que se encontraba enfrente de su pupitre. Tenía que aceparlo, había sido ignorado por completo.
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Las horas pasaron y los alumnos comenzaron a regresar a casa. Antes de salir del salón, Iida y Ochako se aproximaron al de ojos verdes con la propuesta de ir por algo dulce para comer; ambos tenían la intención de animarlo después de haberlo visto suspirar durante todas las clases.
—¡Lo siento!, pero me gustaría ir a mi casa a descansar.
-—Entonces nos vemos mañana, ¡Deku-Kun!
El adolescente se despidió de sus dos amigos y continuó guardado su lapicera de All Might y su cuaderno de apuntes en su mochila. Cuanto terminó, miró por última vez el asiento de Bakugou y sintió una punzada al recordar el día en que le expresó su deseo de tener una relación, aún estando consiente de que él nunca sería amable o cariñoso.
—Soy un idiota...— pensó hasta que escuchó a alguien abrir la puerta —. ¡¿Kacchan?!, ¿qué haces aquí?
—¡Apártate maldito nerd!, ¡olvidé mi jodida libreta!
Tal respuesta provocó que Izuku frunciera el seño y apretara sus puños. Estaba enfadado consigo mismo por haber creído que el rubio había regresado para encontrarse.
—¡¡¡Kacchan!!!
—¿Qué mierda quieres?
—¿Por qué?...¡¿Por qué no fuiste a verme al hospital?! 
—¡¿HA?!—Rugió el mayor detonando un par de explosiones—. ¡No me digas que querías que te consolara por haberte hecho pedazos, al no haber usado tu maldito Quirk!
En ese momento la expresión colérica de Izuku comenzó a disiparse, y dio paso a una serie de lágrimas que había estado reteniendo desde que Ochako lo visitó en el hospital. 
—Ka-cchan...
—¡Deja de llorar!, ¡maldita sea!— vociferó Bakugou empujándolo con fuerza hacia la pared, para después dar un par de mordiscos en su cuello—. ¡Todo es tu estúpida culpa! Si te hubieras quedado como el "Deku" inútil, ¡todo hubiera sido jodidamente diferente!
—Su-¡Suéltame! ¡Estamos en la escuela!, ¡tonto! 
Al notar que su atacante no se detenía y a pesar de que estaba comenzando a sentir placer, el chico no tuvo otra opción más que golpearlo en la entrepierna con su rodilla. Después de todo, sería bastante problemático que fueran encontrados por algún estudiante, o peor aún, por algún maestro.
—¡¡Pedazo de mierda!!, ¡te voy a matar!
Izuku no lo pensó dos veces para escapar lo más rápido pudo, cuando por fin logró llegar a la salida de la escuela, tomó aire y comenzó a correr entre callejones con la intención de ocultarse. En ese punto, creía que nada podría ser peor que lidiar con el mal temperamento de su compañero.
—¡Golpeé a Kacchan!, ¡golpeé a Kacchan!, ¡¡¡golpeé a Kacchan!!!—se repitió hasta saltar sobre una cerca y chocar contra una niña, quien hasta ese momento se encontraba jugando con una muñeca. Inmediatamente que se recuperó, el joven la ayudó a levantarse y para su sorpresa, la sonrisa en su rostro no demostraba que estuviera triste o enojada.
—¡Conejito-san!, ¡eres tú! —indicó apuntándolo con el dedo.
—¡¿Conejito-san?!
—¡Eres el del traje de orejas de conejo que rescató a mi mamá! Fui a verte al hospital para darte algo, pero dijeron que estabas dormido.
Aquellas palabras provocaron que el estudiante rascara su cabeza y comenzara a ruborizarse, aún no estaba acostumbrado a que las personas lo reconocieran y mucho menos que se alegraran de verlo. Tanta fue su emoción que no notó cuando la pequeña sacó de su bolsillo una varilla en forma de círculo, la cual colocó a unos centímetros de sus labios hasta formar una burbuja.
—¡¿Es tu Quirk?!—preguntó Izuku con asombro, a la par que permitía que la burbuja se situara en la palma de su mano—. ¿Qué es lo que hace?
—Aún no sé bien para qué sirve, aunque después de algunos intentos creo que puede hacer que cualquier persona que elijas te quiera....
—¡¿Te quiera?!
—Sí, pero el efecto sólo dura por tres días. Lo único que tienes que hacer es decirle el nombre de esa persona y ¡¡PAM!!...—explicó la infante mientras jugueteaba con sus dedos—. Tal vez no sea mucho, pero en verdad espero que te sirva Conejito-san. Esta es mi forma de agradecerte por haber rescatado a mi mamá.
Luego de compartirle algunas historias de su travesía para convertirse en héroe, el joven se despidió y la pequeña regresó a su casa. Sabía que tenía que hacer lo mismo, no obstante, prefirió quedarse sentado a pensar, hasta que sintió a la burbuja colocarse en su hombro.
Era como si ella tratara de darle consuelo, como si pudiera entender su deseo de pronunciarle el nombre de Bakugou, pero a la vez sentía temor; ya que utilizarla significaría ignorar todas las veces que se repitió que él nunca podría hacerlo feliz, además de estropear todo el tiempo que tardó en acostumbrase a una relación en donde no recibía nada a cambio.
—Kacchan...— susurró con tristeza, mientras observaba los cristales de colores que flotaban dentro de ella—. Por favor que sea Kacchan, que sea Bakugou Katsuki...
FIN parte 1 ^^)/

sábado, 25 de junio de 2016

El primer beso de Kacchan y Deku -Por Rensu



El primer beso de Kacchan y Deku -Por Rensu 

Bakugou corrió a toda prisa con un libro infantil entre sus manos, corrió y corrió hasta llegar a su destino, tomó un poco de aire y llamó a la puerta.

–Katsuki-kun, ¿qué haces aquí? Ya es muy tarde. Podría ser peligroso— dijo la madre de Izuku, al percatarse que el niño se encontraba solo.
–¡Puedo derrotar a cualquiera!– respondió con su habitual sonrisa ganadora.
–¿Vienes a ver a Izuku?
–Sí, tengo algo muy importante que decirle.
–Está bien, puedes quedarte mientras yo me comunico con tu madre.

Sin pensarlo, el infante entró a la casa y se dirigió a la sala en donde su amigo se encontraba viendo una entrevista de All Might. Parecía bastante contento, ya que no dejaba de sonreír y mover de lado a lado su figura de acción.

–¡All Might es el mejor de todos!– gritó hasta que su felicidad se vio interrumpida, ya que alguien había apagado el televisor.—¡Kasaan, dijiste que podía ver la entrevista!
—¡No soy tu mamá, Deku tonto!
—¿Kacchan? ¿qué haces aquí?

El menor frunció el seño y se negó a responder, estaba arto de que Deku, o "su Deku", tal y como él lo consideraba, creyera que All Might era un ser superior.

—¡Estúpido Deku!—. Pensó —¡Ya verás que pronto lo superaré!
–Por cierto...¡Que libro tan bonito Kacchan! Es muy grande ¿A poco lo cargaste hasta aquí tú solo? ¡Que fuerte eres! — elogió Izuku, tratando de romper la tensión.
–¡Claro que lo hice tonto! Eso es porque yo soy mucho más increíble que All Might y tú, pero no vine hasta aquí para hablar de él, vine para que vieras esto– dijo señalando uno de los párrafos del libro.

Izuku miró el párrafo y se quedó en silencio, levantó la mirada un poco avergonzado y observó una sonrisa burlona en el rostro de su compañero. Aunque él no lo sospechara, Bakugou lo había hecho a propósito, ese era su castigo por preferir al símbolo de paz, antes que a él.

—Sabes que aún no sé leer muy bien Kacchan...
—No sabes hacer nada por tu cuenta ¿verdad Deku? Mira, más te vale que me escuches con atención; aquí dice que si le das tu primer beso a la persona más importante para ti, quiere decir que siempre estarás unido a ella.
–¡Wow Kacchan! ¡Eso quiere decir que si le doy mi primer beso a All Might, podré convertirme en un héroe y hasta puede que me dé su autógrafo!— mencionó dando pequeños saltos de alegría.

Al escuchar esto, Bakugou detonó una explosión calcinando parte del libro. El olor a quemado puso en alerta a Izuku, quien con un movimiento torpe, trató de esquivar las manos del rubio.

—E...Eso duele K... Kacchan...—tartamudeó —. ¡Tus manos me están quemando!
—¡No se lo darás, Maldito Deku!— rugió el infante empujando sus labios contra los suyos.

En un principio el beso fue tosco, sin embargo, a medida que pasaban los segundos, se fue transformando en uno gentil. Los labios del de ojos verdes eran demasiado blandos, tanto que los pensamientos de Bakugou lo remitieron a la primera vez que había probado un algodón de azúcar.

Después de un rato, ambos niños se separaron por falta de aire; el más grande notó como las mejillas y labios del menor estaban completamente rojos y como éste parpadeaba continuamente por la confusión. No obstante, el desconcierto no impidió que los dos se besaran de nuevo, no sabían el por qué querían volver a hacerlo una y otra vez.

Cada beso que se daban era mucho más dulce, en especial por parte del rubio, era como si él quisiera disculparse por todas las veces que le había hecho daño a su amigo.

—Se supone que sólo era el primer beso Kacchan...
—Cierra la boca Deku...—dijo volviendo a besar.

—¡Katsuki-kun, tu madre vino a recogerte!—gritó la madre de Izuku desde el otro extremo de la casa.

Rápidamente el más pequeño dio un paso hacia atrás, le llenaba de nerviosismo la idea que su madre los encontrara de esta manera. Miró a su amigo quien ya se encontraba recogiendo su libro dispuesto a marchase, claro, no sin antes patear la figura de acción de All Might que estaba tirada en el piso.

—¡Mi Deku!— pensó Bakugou antes de salir de la habitación.

FIN.

miércoles, 27 de enero de 2016

Kise x Kuroko Fanfic en español: Noche de fuegos artificiales


Kise miró con felicidad el par de anillos de oro mientras los guardaba dentro de una cajita de madera blanca. Se encontraba ansioso y muy contento, después de todo aquella era la noche que tanto había esperado.

Antes de salir de su vivienda, revisó que todo estuviera en orden. Los anillos, sus llaves, su cartera, su peinado, su yukata celeste que combinaba con el cabello de su amante. Todo, absolutamente todo debía ser perfecto.

Caminó por la calle hasta llegar al festival, el olor a algodón de azúcar y el destello de las luces de bengala, le indicaron que había llegado al sitio acordado.

-Llegaré en un minuto- le informó Kuroko por medio de un mensaje de texto.
-Está bien Kurokocchi, aquí te espero.

Mientras aguardaba, Kise observó a una familia que compraba bolas de masa de arroz, sonrió al pensar que tal vez en un futuro él, Kuroko y Nigou podrían llegar a ser una familia y que incluso podrían adoptar a un niño.

-¡Kurokocchi sería una excelente madre!- imaginó colocando sus manos sobre sus pómulos y dando pequeños giros.
-Kise-Kun… ¿Qué estás haciendo?...
-¡Kurokocchi! –gritó -¿desde cuándo estás ahí?
-Desde un principio…
-¡Lo siento Kurokocchi!, es que estaba imaginado…-Kise dejó de lado su explicación, al percatarse de como aquella yukata amarilla adornada por hojas doradas hacían que los ojos y la piel de Kuroko resaltaran.
-Kurokocchi ¡Te ves hermoso!- exclamó aferrándose al cuerpo de su acompañante.

Kuroko no pudo evitar sonrojarse al pensar que había adquirido su yukata, porque
sabía bien que haría juego con la que Kise usaría esa noche.

-Kise-Kun, es suficiente, entremos ya.

Ambos entraron y se dirigieron a un puesto de pesca de globos de agua. Kuroko comenzó a enfurruñarse al notar que su pareja había conseguido tres de éstos, a comparación de él, que no había podido atrapar ninguno.

-¡Mira Kurokocchi!- dijo Kise mostrándole el cuarto globo que había capturado.

Él lo miró con sus mejillas infladas y en seguida soltó un ligero golpe en la costilla del de ojos color ámbar. A causa de esto Kise soltó el globo, no sin que antes Kuroko lo cachara para evitar que cayera al piso.

-Me quedaré con éste- indicó- es tu castigo por presumido.
-Que malo eres Kurokocchi-

La noche continuó hasta que comenzaron a lanzar los fuegos artificiales, Kise sabía que  había llegado el momento de hacer su proposición. Sacó la cajita de madera y su inquietud hizo que la apretara con fuerza.

-Kurokocchi…-dijo entrecortado- han pasado diez años desde que estamos juntos, por eso me gustaría pedirte que…

Los nervios lo dejaron sin habla,  temía que Kuroko lo rechazara y que su pregunta destruyera su relación. Se llenó de pavor al pensar que tal vez era extraño pedirle matrimonio,  tomando en cuenta que ambos eran hombres.

Kuroko percibió la agonía de Kise, trató de adivinar que era lo que lo acomplejaba hasta que se dio cuenta de lo que tenía entre sus manos. Caminó y se situó enfrente de él, lo miró a los ojos con ternura y tomó la caja de madera.

-Kurokocchi… yo…
-Sé lo que quieres preguntarme. Lo siento, pero lo escuché por accidente de Aomine-Kun y Momoi-San- dijo colocándose el anillo en su dedo y luego besándolo con cariño-. Claro que acepto.

Kise no pudo contener sus lágrimas, abrazó a Kuroko y agradeció a que a  a partir de ese momento, pasarían el resto de su vida juntos.



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domingo, 17 de enero de 2016

Akashi x Kuroko Fanfic: El Hada de Vainilla Capítulo 1


 Capítulo uno: La flor de vainilla


El capitán de Teiko se encontraba impaciente, ya habían pasado varios días desde que había buscado sin éxito el arma secreta que haría a su equipo completamente invencible.
Estaba arto de ojear centenares de libros y revistas de baloncesto, con la espereza de hallar una técnica especial para él o uno de sus compañeros. Incluso se moría de la vergüenza al pensar que había espiado a los miembros de otros clubes de la escuela, con la intención de  identificar con su ojo izquierdo si alguno de ellos poseía un talento único.

-Pareces molesto Akashi- mencionó Midorima, quién sostenía una rana de porcelana sobre sus manos.
-¿Te parece?- le respondió sonriendo y mirándolo de soslayo.
-Es porque aún no encuentras tu arma secreta, ¿verdad?-
-¿Qué arma secreta?- preguntó Murasakibara mientras un par de migajas caían de su boca.

No pasó mucho tiempo para que Midorima hiciera una expresión de desagrado, estaba arto de que su compañero de juego tuviera el mal hábito de hablar mientras comía sus ya tan acostumbradas barras de  dulce.
-¡Te he dicho que no hables mientras comas nanoda…- hizo una pausa al ser empujado por Kise y Aomine, quienes discutían quién de los dos había sido el mejor durante la práctica.

-¡KEROSKEEEEEEEE!- gritó a la par que se escuchaba el  estruendo de su amuleto de la suerte rompiéndose sobre el piso.
-¿Quién es Keroske?- cuestionó el más alto arrojando un pedazo de dulce a su boca.
-La rana…- contestó Kise con una sonrisa avergonzada - es la segunda del mes que se le rompe…

Una nube de penumbra se situó encima de la cabeza de Midorima, estaba a punto de correr tras ambos culpables, hasta que el rubio sacó rápidamente de su mochila algo con un olor tan agradable, que hizo que olvidara su enojo.

-¡Miren lo que me regaló una de mis Fans- anunció con una pequeña estrella saliendo del guiño de su ojo- es una flor de vainilla. Se supone que si colcas una de éstas en un tazón lleno de malteada, un hada de vainilla te cumplirá cualquier deseo que le pidas.

-Ahí tienes Midorima, tal vez puedas pedirle a una de esas hadas que te devuelvan a  tu rana - se burló el moreno retirándose una basura del odio.

-¡Aomine y Kise!- Gruñó el peli verde con fuego en su mirada.

Sin dudarlo, los dos jugadores comenzaron a correr. Todos se adelantaron a excepción de Akashi, quien se quedó atrás contemplando la flor de vainilla, que entre tanta conmoción había caído al suelo.
Con un movimiento disimulado, el emperador se agachó para recogerla, la envolvió con cuidado dentro un pañuelo rojo y en seguida continuó caminando.


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